Así se conoce a David Raksin, tanto porque su inmensa producción musical para el cine y la televisión recorre prácticamente todo el siglo XX, casi desde el cine mudo hasta la llegada de la música electrónica en los ochenta, como porque pasó sus últimos años dando clases en la Universidad, adonde asistían los futuros músicos de cine a aprender de ese anciano, ese abuelo que había trabajado con los más grandes.
Con veinte y pocos años, tras una sólida formación académica, trabajaba como músico profesional en Nueva York, arreglando y componiendo pequeñas melodías para Broadway. Y hasta allí se acercó Charles Chaplin, buscando a alguien que le ayudase a componer la música para su próxima película «Tiempos Modernos».
Chaplin silbaba y tarareaba las melodías, y Raksin las transcribía y les hacía pequeños arreglos. Fue su primer contacto con Hollywood, donde ya se quedaría para siempre.
En 1944 la Fox preparaba la adaptación de una de las pocas novelas de intriga de Vera Caspary —también guionista y que, por sus ideas comunistas, acabaría huyendo del país durante la Caza de Brujas—, una historia en la que no tenía demasiada fe y a la que se le asignó un presupuesto irrisorio. Por eso fue a caer en las manos de un joven director sin demasiada experiencia y de estrellas de segunda. La composición de la banda sonora le fue ofrecida a Alfred Newman y a Bernard Hermann, pero no les interesaba participar en una producción de segunda, así que acabó por caer en manos de otro joven compositor: David Raksin.
Y le pilló en muy mal momento, en pleno proceso de divorcio de su esposa. Por eso no llevó nada bien los tiempos de trabajo y lo fue dejando todo hasta que, cuando sólo le quedaba un fin de semana, se encontró con que no tenía casi nada que le convenciese. Entonces recibió una carta de su mujer, hablando sobre todo lo que les estaba pasando. Una carta triste que le inspiró la melodía del tema principal de «Laura».
La película, contra todo pronóstico, se convirtió en un éxito de taquilla y de crítica y, con el tiempo, ha superado con éxito el veredicto de la historia, siendo considerada como una de las grandes obras maestras del cine americano.
Su banda sonora se ha convertido en un clásico y continúa apareciendo en casi todas las listas —las serias, claro— de las mejores composiciones para el cine. Su tema principal, con una letra que escribió posteriormente Johnny Mercer, se convirtió en una canción muy popular que no paraba de sonar en la radio a todas horas y de vender miles de discos. Hasta la llegada de la música disco fue la segunda canción más grabada de la historia, sólo por detrás de «Stardust».
Por motivos tanto personales como por su calidad, «Laura» es una de mis películas preferidas y, como es lógico, su tema principal también está entre mis favoritos, que no me canso de escuchar una y otra vez. Aquí teneis esa increible música sobre una serie de imágenes de la películas, todas ellas centradas en la también increible belleza de Gene Tierney, ¿podría haber existido otra Laura?, ¿podría haber existido otra música?
sábado, 17 de octubre de 2009
David Raksin, el abuelete de la música de cine
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